viernes, 4 de abril de 2008

Un poco de política (2): Crisis de gobierno ¿Y ahora qué?

La semana ha sido movida en Hungría. Nadie había contado con que, sin previo aviso, la coalición en el poder, en apenas tres días se iba a desmoronar. Aún no está muy claro qué ha pasado, ni que juego político se está desarrollando entre bastidores. Y mucho menos cuál será el final de la crisis.

Ya el sábado pasado en un discurso del primer ministro Gyurcsány se criticó duramente a sus colegas de gobierno (los liberales), acusándoles de pretender introducir de manera brutal reformas radicales e impopulares. Esta política ha levantado resquemor entre los propios socialistas, y a debilitado el poder del primer ministro dentro de su propio partido. Tras el fracaso del gobierno en el referéndum sobre educación y sanidad (del que ya se habló aquí), el gobierno ha tenido que retirar sus medidas y ha reconocido que en el país no hay apoyo a las reformas. El lunes (31 de marzo) hizo dimitir a la ministra de educación, Ágnes Horváth, del partido liberal. La reacción inmediata de los liberales fue amenazar con retirarle el apoyo al gobierno, finalmente han dado de plazo hasta el 30 de abril, pero por lo que parece todo está ya decidido y no continuarán apoyándolo porque en su opinión éste ha dado marcha atrás y no apoya las reformas. Las soluciones que se plantean a la crisis son varias: los socialistas hablan de gobierno en minoría, y los liberales parecen estar de acuerdo, la cosa tiene su lógica, porque debido a lo impopular del gobierno ninguno de los dos partidos podría contar con unos buenos resultados en elecciones anticipadas, por el contrario la oposición y la mayoría de la población exigen la dimisión del gobierno al completo y la convocatoria de elecciones anticipadas, otra opción sería la dimisión del primer ministro y la continuación del gobierno de coalición, dirigido por otra persona. O quizás todo se quede en agua de borrajas y el 30 de abril no pase nada. El problema es que la situación económica húngara es bastante mala, el gobierno ha conseguido iniciar un programa de austeridad y reformas que tienen el visto bueno de la comunidad internacional. Los socialistas quieren ralentizarlas, los liberales acelerarlas, la oposición aparentemente se opone a ellas. Lo sorprendente en todo caso es que se esperaba una reacción internacional negativa, pero no lo ha sido tanto, la bolsa ha subido (tras un primer momento de descenso) y la moneda, el forint, se ha fortalecido.

Gyurcsány en la reunión del sábado
(foto de Index.hu, István Huszti)


Teorías que explican la crisis de gobierno las hay para todos los gustos. Algunos hablan de una maniobra de Gyurcsány para reforzar su poder dentro del partido (su autoridad estaba más que contestada), otros que es una estrategia pensada de antemano por los liberales, la mayoría del país se opone a las reformas y las encuestas dan a los partidos del gobierno un apoyo mínimo si se celebraran elecciones, los liberales ni siquiera entrarían en el parlamento y quizás intentan así evitar dicha situación. Además están atravesando una profunda crisis, se ha destapado el escándalo de votos falsos en las elecciones internas a presidente del partido. Por otro lado la derecha mira con sorpresa y desconfianza los acontecimientos: llevan pidiendo la dimisión del gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas desde el 2006, han conseguido una victoria sin paliativos en el referéndum del 2008, pero con la crisis actual no tienen mucho que ver.

Veremos como se desarrollan los acontecimientos, pero lo que es cierto es que la imagen del gobierno no puede estar peor; al menos hasta ahora parecía que la coalición era fuerte, ahora ya ni eso.



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