lunes, 10 de agosto de 2015

[Economía húngara] La trampa del PIB y la sumisión económica

Evolución del PIB en Hungría desde el segundo trimestre del 2012 hasta el primero del 2015. Fuente: Index.hu)

El gobierno húngaro, como cualquier otro, suele anunciar a bombo y platillo los datos positivos macroeconómicos, por ejemplo el PIB, que en los últimos meses muestran una tendencia al alza desconocida en años: desde finales del 2013 supera ininterrumpidamente el 3% de crecimiento respecto al año anterior; según los últimos datos, de mayo de este año, el crecimiento del PIB se mantiene en un 3,1% respecto al año anterior (index). Otro dato a tener en cuenta: el crecimiento de la producción industrial en junio, respecto al año anterior, ha sido del 11% (inforádió). Todo esto parece mostrar el éxito de la política del Fidesz, no olvidemos que hasta el primer trimestre del 2013 la economía húngara estaba en recesión. Por otro lado, es evidente que el crecimiento industrial es el que está elevando el PIB húngaro, y especialmente la industria automovilística, que ha crecido un 15,6% según los datos anunciados en mayo (index), lo que explica también el alza de las exportaciones, que en marzo del 2015 alcanzaron un record histórico (index). He aquí un artículo escrito por Péter Bodacz para el Magyar Nemzet (Nación Húngara) un periódico de derechas, tradicionalmente partidario del gobierno de Viktor Orbán, en el que se relativiza todo el asunto y se analiza el por qué de ese crecimiento y los problemas que plantea. El artículo puede entenderse también como un apoyo al discurso de mano dura del gobierno con las multinacionales. El original puede consultarse aquí, en la página del Magyar Nemzet

Portada del 10 de marzo del 2007 del Magyar Nemzet. Fuente: google.
HUNGRÍA EN LA TRAMPA DEL PIB

(Péter Bodacz, para el Magyar Nemzet, 5 de agosto del 2015)


Aunque la producción de Mercedes y Audi en Hungría corrige al alza en gran medida los datos del PIB, los dos consorcios automovilísticos alemanes apenas contribuyen al florecimiento de la economía nacional, dado que como empleadores, solo ofrecen un modesto sustento a sus trabajadores: en los últimos años han sacado del país casi un billón de forint en dividendos (unos 3,4 mil millones de euros), y además han recibido una ayuda estatal de 80 mil millones (unos 267 millones de euros) del presupuesto nacional húngaro. 

 Aunque las empresas automovilísticas presentes en Hungría contribuyen de manera extraordinaria al crecimiento de la producción nacional, del PIB, este indicador tan decisivo para el gobierno, la UE y los acreedores internacionales no revela gran cosa sobre la participación real de estos consorcios en el progreso de la economía y del nivel de vida en Hungría. De acuerdo a la experiencia parece que esta no es especialmente grande: los últimos días ha tenido mucho eco la noticia de que la empresa Mercedes-Benz Manufacturing Hungary S.L., en la ciudad de Kecskemét, ha pagado unos 20 mil millones de forint (casi 64 millones de euros) en dividendos a sus propietarios alemanes, la Daimler AG, una cantidad que se corresponde con el beneficio total de la empresa el año pasado (Magyar Nemzet).  

 Como se informaba,  hasta ahora los propietarios han sacado 33 mil millones de forint (algo más de 100 millones de euros) de la filial húngara, que funciona desde el 2012, la mitad del beneficio del primer año -casi 13 mil millones de forint (unos 42-43 millones de euros)- se alejó del país también en forma de dividendos. Esta cantidad supera en un 10% el capital invertido hasta ahora en el país por la propia empresa. Sin embargo la Audi Hungaria Motor S.L., supera con mucho a la estrella de Mercedes en cuanto a la salida de sus beneficios del país: en el año 2012, la filial existente en la ciudad de Győr, propiedad de Audi AG, transfirió 900 mil millones de forint (unos tres mil millones de euros) a las cuentas de sus propietarios alemanes; este año, en cambio, por el momento han sido tres mil millones en dividendos (unos diez millones de euros).

No exageramos: el país está en situación de sumisión económica.

Por lo tanto, estas cantidades -que en gran medida corrigieron al alza el PIB húngaro, una cuarta parte del cual es producido por las empresas automovilísticas- no contribuyeron en nada a mejorar la situación de la economía nacional. La debilidad de la economía húngara favorece, entre otras cosas, el comportamiento de las empresas que han firmado acuerdos estratégicos con el gobierno: uno de los principales objetivos del gobierno de Orbán es el aumento del crecimiento para gracias a él, elevar los por otro lado lamentables indicadores de ocupación laboral. Además la posición de las multinacionales se ve fortalecida por que influyen directamente en el PIB; si el "clima empresarial" se deteriora, reducirán la producción, lo que se reflejará inmediatamente en los indicadores, así como en los porcentajes de la deuda externa y de las finanzas nacionales en relación con el PIB. Lo cual empeorará las condiciones de financiación externa a las que puede acceder el país. Por lo tanto no es exagerado hablar de sumisión económica.

Como es de dominio público, Mercedes anunció en el 2008 que crearía en la ciudad de Kecskemét una nueva fábrica, y el gobierno de Gyurcsány (social-liberal) apoyó a la empresa con 30 mil millones de forint (unos cien millones de euros al cambio actual).

Ayuda estatal por las nubes
La producción iniciada en el 2012 ha aumentado año a año, en la actualidad cuatro mil personas trabajan en la fábrica, en tres turnos. Según informaciones no oficiales la mayoría de los trabajadores de la fábrica gana unos 200 mil forint brutos mensuales (670 euros), lo que representa una fracción mínima del sueldo de los trabajadores de Mercedes en Alemania, que realizan el mismo trabajo. Por otro lado, desde el inicio de la producción, la empresa ha pagado unos 200 millones de forint en impuestos (670 mil euros!!), y ha entregado a la ciudad de Kecskemét en concepto de ayuda unos cinco millones de euros, mil quinientos millones de forint.
Con Audi, las autoridades también han sido generosas: la empresa recibió en el 2011 45 mil millones de forint (150 millones de euros) de ayuda estatal, que por cierto fue examinada también por la UE. György Matolcsy, todavía siendo ministro de economía, hablaba de 11,2 mil millones de forint de ayuda en total (más de 37 millones de euros), pero el control de Bruselas sacó a la luz la cifra real, cuatro veces mayor.  En el 2014 el estado entregó 1750 millones de forint (casi 6 millones de euros) de ayuda para las secciones de carrocería y esmaltado de pintura, así como 330 millones (algo más de un millón de euros) para ayuda a la formación y 335 millones (1,2 millones de euros) para la puesta en marcha de un centro de formación. Además, las inversiones creadas a costa de esa ayuda, en parte, contribuyeron a que Audi fuera excluída de pagar impuestos en el año 2014. 

Al mismo tiempo es una buena noticia que mientras tanto, Audi ampliara su personal de 1800 empleados a 11 mil. Por otro lado, la compañía que puso sus pies en Győr en 1993, ha invertido en Hungría desde entonces un total de 6,75 mil millones de euros (unos 2 billones de forint a precios actuales), la mitad de las inversiones han quedado compensadas en los últimos años.

No les interesa invertir en Hungría
En relación con el comportamiento de los industriales, el economista Péter Róna, declaraba en una entrevista en nuestro periódico que las empresas multinacionales no tienen interés en invertir el beneficio obtenido en Hungría y creado gracias a una fuerza de trabajo más barata. El gobierno podría tener cierto margen de maniobra a la hora de firmar acuerdos estratégicos para convencer a las multinacionales consideradas como socios para que inviertan al menos en parte sus beneficios en el país. Es una exigencia justa que a cambio de las ayudas, las empresas sigan el mismo comportamiento aquí que en sus sedes centrales -declaró Péter Róna.

Fuente: Magyar Nemzet
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Durante la construcción de la fábrica de Mercedes en Kecskemét, foto del 2010. Fuente: Origo.hu

En los últimos años Hungría se ha convertido en un importante productor de automóviles en Europa (aunque, naturalmente, todas las fábricas están en manos extranjeras, no hay ninguna empresa húngara fabricante de automóviles). En Europa está detrás de Alemania, España, Rusia, Francia, Reino Unido, República Checa, Eslovaquia, Bélgica y Polonia. Se calcula que en el 2014 se produjeron en el país más de 400 mil vehículos (OICA).  En la actualidad en Hungría existen cuatro grandes fábricas de automóviles: Opel en Szenttgothárd (inaugurada en 1992, aunque en la actualidad solo fabrica motores), Suzuki en Esztergom (también desde 1992), Audi en Győr (desde 1994) y Mercedes en Kecskemét (desde el 2012). El principal productor "húngaro" es tradicionalmente Suzuki, ahora en crisis y cuya importancia ha descendido en los últimos años. Su papel lo han ido tomando Audi y Mercedes. 
 

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